¿Cómo puedes saber si trabajas para un jefe tóxico?. Son conocidos por estas 5 razones, ¿Suena esto como a tu jefe?, aquí les dejo un artículo muy interesante de Marcel Schwantes en el que trata este tema.
Ahora que gran parte de la vida laboral de nuestros empleados se mezcla con su vida personal, tener al jefe equivocado puede hacer que la combinación de la vida laboral y personal sea un infierno licuado.
Muchas investigaciones afirman que la gente deja a los jefes en lugar de los trabajos. Si bien ningún gerente es perfecto, ciertos comportamientos pueden indicarle la realidad de que está reportando a un jefe verdaderamente tóxico.
Como alguien que se ha recuperado literalmente del trauma físico y emocional derivado de haber trabajado bajo una dictadura corporativa sofocante y basada en el miedo, he observado cinco rasgos o hábitos tóxicos comunes de los jefes que pueden estar presentes en su entorno laboral.
1. Narcisismo
Los narcisistas carecen de empatía, tienen un fuerte deseo de romper las reglas y desafiar el status quo, es probable que se involucren en la manipulación para avanzar a costa de los demás y son socialmente hábiles con motivos agresivos subyacentes. ¿Suena esto como su jefe?
2. Microgestión
Los jefes tóxicos insisten en poner sus manos en todos los aspectos de su trabajo. Les cuesta dejar ir y confiar en los miembros de su equipo para realizar su trabajo. Como resultado, la experiencia de los empleados bajo una microgestión tan sofocante puede ser francamente desmoralizante.
3. Establecer expectativas poco realistas
Si bien los buenos jefes pondrán el listón alto y lo estirarán para alcanzar nuevas alturas mientras lo apoyan en el camino, los jefes tóxicos pueden sabotear el lugar de trabajo al establecer metas tan altas y expectativas tan poco realistas, que a menudo puede ser imposible completar la tarea, dejando a los empleados desconectado y desesperado.
4. Descortesía
En las reuniones, los jefes tóxicos pueden interrumpir a sus empleados cuando presentan una visión o idea que no se alinea con la suya. Un jefe tóxico puede cerrar deliberadamente a otros si no le gustan sus opiniones. Y al interactuar personalmente con un jefe tóxico, es posible que escuche comentarios despectivos sobre otras personas (rumores, chismes, prejuicios de género) o vea un lenguaje corporal como poner los ojos en blanco cuando les habla.
5. Incompetencia
Muchos jefes tóxicos fueron contribuyentes individuales recientes promovidos a la gerencia sin tener las competencias para liderar seres humanos. En pocas palabras, apestan a las habilidades blandas. Cuando los empleados finalmente comprendan que su jefe carece de la competencia para liderar de manera efectiva, perderán la confianza en esa persona y el interés en su trabajo. Esta es una receta de por qué “la gente deja a los jefes en lugar de los trabajos”.